Lun. Ene 20th, 2025

El frijol ancho, pallar, garrofón, habones, frijolito de Cuba,1​ judía de Lima, haba de Lima, patani de Filipinas, frijol mantequilla, poroto pallar, guaracaro, chilipuca colorada (Phaseolus lunatus), altramuces, es una especie herbácea anual de la familia de las leguminosas. Se cultiva en diversos países cálidos y templados con el objeto de consumir su semilla comestible, que es la alubia o judía blanca, grande y plana. Se le cultiva desde el norte de México hasta el sur de Perú. La lista roja de la UICN la considera como de preocupación menor (LC).​

Los granos de esta planta contienen muchos factores bioquímicos antinutricionales (antialimentarios), como lectinas e inhibidores de la proteasa,​ así como de faseolunatina, o linamarina: glucósido cianogenético 2-(alfa-D-Glucopiranosiloxi)-2-metilpropanenitrilo​ que libera ácido cianhídrico bajo la acción de enzimas. Esas sustancias se destruyen por cocción en ciertas condiciones.

El ejemplo más obvio de alimentos venenosos es el de los hongos venenosos. Luego, con menos toxicidad, están las semillas de manzana, albaricoque y melocotón, legumbres e incluso el huevo crudo.

Pero no nos asustemos: bastan pequeños cuidados en la cocción para evitar la ingestión de sustancias potencialmente nocivas.

Todas las respuestas de los nutricionistas

¿Cuáles son exactamente los factores anti-nutricionales?

La explicación se encuentra en el mismo nombre: son sustancias que actúan contra los mecanismos de nutrición.

¿Qué provocan si se ingieren?

Pueden retardar la digestión, interfieren con la capacidad del intestino para absorber elementos vitales y, en algunos casos pueden tener una acción ligeramente tóxica.

¿Cómo debemos protegernos?

El secreto para contrarrestar los factores anti-nutricionales es una dieta equilibrada y variada. Por ejemplo, en el pasado, en muchos lugares el maís era la única cosecha disponible.

Las personas que consumían casi exclusivamente polenta de maíz contraían una enfermedad llamada pelagra. Hoy sabemos que el maíz inhibe la absorción de la vitamina B y que es suficiente introducir leche o queso y verduras en la dieta para no enfermar.

¿Cuáles son los alimentos que contienen factores anti-nutricionales?

En las legumbres, frijoles, garbanzos, guisantes, frijoles de soja, se encuentran en cantidades moderadas. Pero atención, eso no significa que hay que renunciar a ellos. Muy por el contrario ya que constituyen son una valiosa fuente de proteína vegetal. El consejo es no comerlas crudas.
El remojo, en las legumbres secas, debe ser estricto, con varios cambios de agua para eliminar la mayor parte de las sustancias nocivas. Y, finalmente, una cocción larga.

El huevo crudo, sin embargo se debe evitar por completo. La clara de huevo contiene un factor anti-nutricional ligado a una sustancia vitamínica la vuelve inactiva. La cocción, sin embargo, la destruye, y también mejora la asimilación de albúmina contenida en la clara de huevo.

¿Es cierto que las semillas de algunas frutas no se deben comer?

Sí en las semillas de las manzanas, albaricoques, peras y naranjas, existen sustancias que desarrollan cianuro. Ingerirlas no provoca nada grave, es la cantidad la causante de problemas, por lo que un hábito saludable es eliminarlas.

Diferente, por último, el caso de las patatas cuando el tubérculo presenta muchas brotes o partes verdes bajo de la piel. Son señales muy claras que indican una concentración demasiado alta de la solanina, una sustancia alcaloide.
La misma toxina, que puede causar dolores de estómago muy molestos, está presente en los tomates verdes. El consejo es el mismo: evitar su consumo, prefiriendo los rojos y maduros.

Las semillas de cereales y leguminosas son alimentos completos; contienen simultáneamente carbohidratos, proteínas, lípidos, y algunos micronutrientes como vitaminas y minerales, disponibles para la alimentación directa e indirecta del hombre; razón por la cual durante muchos años han constituido la fuente principal para el suministro de energía y proteína dietaria humana, especialmente en los países pobres; sin embargo, algunas semillas, especialmente las leguminosas presentan en su composición sustancias antinutricionales. por tanto, el conocimiento relacionado con la naturaleza y comportamiento de los factores antinutricionales, conduce a un mejor aprovechamiento del gran potencial nutricional de las semillas

El término antinutrientes se utiliza para calificar a aquellos compuestos que afectan el valor nutricional de algunos alimentos, especialmente semillas, pues dificultan o inhiben la asimilación de nutrientes que provienen de alimentos generalmente de origen vegetal (proteínas y minerales); desde el punto de vista bioquí- mico estos factores son de naturaleza variada y pueden llegar a ser tóxicos o causar efectos fisiológicos poco deseables como la flatulencia; distensión estomacal, afectaciones pancreáticas, aglutinación de glóbulos rojos, disminución en la asimilación de nutrientes, entre otros; los factores antinutricionales son sustancias naturales no fibrosas, generadas por el metabolismo secundario de las plantas como mecanismo de defensa a situaciones estresantes o contra el ataque de mohos, bacterias, insectos y aves [1,2,3,4,5,6,7]; un ejemplo de estos son los taninos, los cuales son sintetizados durante el desarrollo de la semilla y la planta las utiliza como fuente de aminoácidos aunque su principal fun- ción parece ser la defensa de la planta frente a hongos, insectos y nemátodos [1].

así pues, la denominación de “antinutricional’, dada a estos compuestos, es adoptada a partir del enfoque que los ve como recursos alimenticios para animales y humanos y no de las funciones que cumplen en los tejidos de los vegetales que los contienen.

De han desarrollado un buen número de estudios en los que se revela que estos compuestos en pequeñas cantidades, pueden ser muy beneficiosos en la preven- ción de enfermedades; razón por la cual ahora se les ha denominado “compuestos no nutritivos”, o “factores nutricionalmente bioactivos”, ya que si bien carecen de valor nutritivo, no resultarían perjudiciales en pequeñas cantidades. esto ha llevado a considerar a todos aque- llos alimentos que contengan compuestos no nutritivos, como alimentos funcionales, debido a que estos com- puestos son calificados como fitoquímicos que repor tan beneficios para la salud humana [3, 4, 7, 8].

Los factores antinutricionales pueden clasificarse como termo estables y termo lábiles; los factores termo estables incluyen: factores antigénicos, oligosacáridos y aminoácidos no proteicos tóxicos, saponinas, estró- genos, cianógenos, fitatos; siendo los más impor tantes: los factores antigénicos, los oligosacaridos, las saponi- nas y los fitatos. así mismo, entre los factores termo lábiles se encuentran, los inhibidores de proteasas (tripsina y quimotripsina), lectinas, goitrogenos y anti- vitaminas; siendo los más importantes los inhibidores de proteasas y las lectinas [5,7].

Componentes antigénicos

Son macromoléculas que se encuentran en el maní y en leguminosas como la soya; igualmente, pueden estar presentes en alimentos como la leche, los huevos, el pescado, los mariscos, el chocolate y los hongos. estas moléculas, luego de ser absorbidas, son reconocidas por el sistema inmunológico como extrañas; éste responde produciendo anticuerpos para eliminarlas (respuesta in- mune humoral), pudiendo decirse que son los responsa- bles de algunas alergias alimenticias, las reacciones que causan este tipo de sustancias pueden ser muy variadas; por ejemplo: la leche de vaca suele ocasionar reacciones alérgicas de sintomatología gastrointestinal, mientras que los cítricos y las fresas tienden más a provocar una sintomatología cutánea [5, 9, 10].

Las proteínas antigénicas son capaces de cruzar la barrera del epitelio de la mucosa intestinal dañándola y produciendo efectos negativos en la función inmune de los consumidores. este tipo de factores pueden producir reacciones inmunes locales y sistémicas junto con una reducción de la digestibilidad aparente de la proteína, anomalías en el movimiento intestinal, disminución de la absorción de nutrientes, predisposición a diarreas, pér- didas de peso y ocasionalmente muer tes [5, 7, 10].

Los componentes antigénicos se caracterizan por su resistencia a la desnaturalización por procedimientos térmicos convencionales, y al ataque enzimático que tiene lugar en el sistema digestivo. sin embargo, al ser proteínas, las condiciones de procesado pueden influir en la concentración de antígenos al alterar la estructura inmunoquímica de las proteínas e influir en la digestibilidad de las proteínas antigénicas. las enzi- mas proteolíticas son más eficaces en la reducción de los niveles de antígenos; por lo que procesos como la germinación y la fermentación o una combinación de estos pueden ser una solución a este tipo de factores ya que activan las reacciones enzimáticas en las semillas [5, 10, 11,12].

Oligosacáridos de la rafinosa, α-galactósidos

Los oligosacáridos están formados por residuos -d- galactopiranosil unidos por la unidad glucosa de la saca- rosa. la unidad base es la sacarosa a la que se une una molécula de galactosa formando la rafinosa; a ésta se le une una o dos moléculas del mismo azúcar resultando la estaquiosa y la verbascosa, respectivamente [8, 13,14, 15]. Han sido definidos como compuestos de azú- cares hidrosolubles que están presentes en cantidades variables y son constituyentes de reserva en órganos vegetativos y en semillas de numerosas plantas; se sintetizan y se acumulan en el citosol de los cotiledones durante el desarrollo de la semilla y su concentración varía dependiendo de la especie así como de la variedad dentro de una misma leguminosa [4].

Estos compuestos no son digeridos por el hombre y los animales monogástricos debido a la ausencia de la enzima α-1,6-galactosidasa en su mucosa intestinal. al no ser digeridos en el tracto digestivo humano, estos azúcares no pasan a la sangre sino al colon donde son fermentados por bacterias intestinales sacarolíticas, que utilizan los carbohidratos como fuente de energía; la fermentación de estos compuestos por par te de las bacterias conduce a una reacción que resulta en la producción de gases como el dióxido de carbono, el hidrogeno, el metano, entre otros. esta reacción, es la responsable de la flatulencia, del aumento de la moti- lidad intestinal, náuseas, contracciones musculares y diarreas. los oligosacáridos de la rafinosa, y estaquiosa, también tienen un papel impor tante en nutrición, ya que se consideran responsables de reducir la digestibilidad de las proteínas de los alimentos al inhibir la actividad enzimática [13, 14, 15, 16,17, 18].

Sin embargo, algunos estudios [13,15,18, 19], sugieren que estos compuestos pueden tener un efecto favo- rable sobre el metabolismo de lípidos y carbohidratos similar al de la fibra ingerida en la dieta, dándole a los oligosacaridos propiedades prebióticas; como el hom- bre no pude digerir estos compuestos, llegan al colon donde son fermentados por las bacterias intestinales, produciendo además de gases, ácidos grasos de ca- dena cor ta (agcc) propionato y butirato; igualmente, generan un descenso del pH por lo que actúan como fibra dietética, disminuyendo el colesterol y el índice glicémico de los alimentos que los contienen; además, disminuyen el riesgo de padecer cáncer de colon, ya que se ha visto que el ácido butírico induce la apopto- sis de células tumorales in vitro; se considera que el butirato es el principal nutriente de las células epiteliales que revisten el colon estimulando su crecimiento; los ácidos grasos de cadena cor ta son absorbidos en el colon en un 90-95% llegando al hígado donde pueden ser usados como fuente energética o incorporarse a las rutas de lipogénesis o gluconeogenesis. así pues, éstas propiedades hacen de los oligosacáridos, en cantidades apropiadas, ingredientes funcionales en el desarrollo de productos alimenticios.

De otra parte, se ha visto que estos compuestos juegan un impor tante papel en la viabilidad de las semillas, observándose que las semillas con mayor porcentaje de α-galactósidos presentan mayor viabilidad. asimismo,

Se ha observado una acumulación de estos compuestos durante la etapa de maduración de las semillas; pro- porcionan un microambiente óptimo durante el tiempo de dormancia de las semillas, debido a la unión de las moléculas de agua a diferentes grupos hidroxilos, lo que protege a las membranas y a las moléculas bioactivas durante el proceso de desecación [13,14,17].

Saponinas

Las cuales son compuestos que poseen una estructura compleja formada por un núcleo esteroidal hidrofóbico y una parte hidrofílica constituida por unidades de monosa- cáridos, son glucósidos que determinan en gran par te el sabor amargo de algunas semillas como la soya cruda y la quinua sin desaponificar; las saponinas presentan poca actividad antinutricional, pues no perjudican al hombre en las cantidades que normalmente se encuentran después de adecuados los granos [20, 21]. las saponinas poseen como propiedades comunes: la alta capacidad de forma- ción de espumas en soluciones acuosas, su actividad hemolítica, ser tóxicas para los peces y la formación de complejos con el colesterol [21,22]. las saponinas no se absorben en el intestino y por lo tanto afectan la absorción del zinc y el hierro [23,24].

No obstante, numerosos estudios indican que las sapo- ninas tienen un amplio rango de actividades biológicas y efectos benéficos, tales como su acción antimicótica [26], antiviral [27], anticancer [28], hipolesterolémica [22, 23, 30], hipoglicaémica [31], antitrombótica [32], diurética [33], antinflamatoria [25] y molusquicida [34, 35]. igualmente, se conoce que por hidrólisis de las sapo- ninas se obtienen las sapogeninas esteroidales, de gran interés para la industria farmacéutica por ser precursores en la síntesis de hormonas y cor ticoides [21].

Inhibidores de proteasas

Estos factores se pueden definir como compuestos termo lábiles de naturaleza proteica, que alteran la digestión de las proteínas, inhibiendo la acción de las enzimas digestivas que se enfocan hacia la hidrólisis de las proteínas de la dieta; los más conocidos son los que

Reaccionan con proteasas de serina, como la tripsina y la quimotripsina. según algunos autores [1, 3, 5], los inhibidores de proteasas son los factores antinutricio- nales más conocidos; encontrados principalmente en semillas crudas de leguminosas, también se encuentran en otros alimentos como: los huevos, la leche, los pro- ductos lácteos y las papas; se ha estudiado la presencia de este factor principalmente en el ovomucoide de los huevos de aves, el amaranto, la soya y el fríjol.

Estas enzimas contienen relativamente grandes can- tidades de aminoácidos azufrados, incluyendo a la metionina. de esta forma, puesto que la metionina es el aminoácido limitante en algunas leguminosas como la soya, el efecto del inhibidor es incrementado por la pérdida de aminoácidos esenciales endógenos, ya que se encuentran en poca cantidad [1, 16, 36, 37].

Se identifican diez familias de inhibidores de proteasas en función de la secuencia de aminoácidos que las confor- man, siendo tres las más ampliamente distribuidas: las familias Bowman–Birk (que actúa uniéndose a la tripsina y quimotripsina), Kunitz (que actúa uniéndose en forma preferente a la tripsina) y de la papa – 1 [3, 38].

según algunos autores [3, 5, 38], el efecto más impor tante de los inhibidores de proteasas es la inhi- bición del crecimiento, producida principalmente por la inactivación de la tripsina y la quimotripsina, debido a la formación de complejos estables e inactivos; esto origina una hidrólisis incompleta de las cadenas peptídicas por par te de estas enzimas digestivas y por consiguiente, una disminución en la digestibilidad de la proteína; conjuntamente se ocasiona un aumento en la secreción pancreática de enzimas digestivas como tripsina, elastasa, amilasa y quimotripsina; todas estas ricas en aminoácidos, principalmente azufrados como la cisteina y la metionina dando como resultado la pérdida de proteína endógena rica en aminoácidos azufrados esenciales, además de la subutilización de la proteína dietaria.

Gran par te de la actividad de este inhibidor puede eliminarse utilizando diversos tratamientos como:

Procesos térmicos, la germinación y la fermentación; estos tratamientos desnaturalizan las proteínas mejo- rando su digestibilidad. sin embargo, un tratamiento por calor excesivo puede resultar en proteínas dañadas, disminución de los aminoácidos disponibles y una di- gestibilidad más baja de la proteína, lo que representa pérdida de calidad y riesgo en productos comerciales procesados [3, 5, 38].

Sin embargo, se ha demostrado, que la efectividad de los tratamientos por calor dependen del pH, la tempe- ratura, el tiempo de calentamiento, las condiciones de humedad, el tamaño de par tícula y el tipo de semillas; por tanto, es recomendable aplicar métodos combina- dos para minimizar el daño en la calidad nutricional del alimento y promover una mayor inactivación; por ejem- plo, es recomendable después de germinar las semillas escaldarlas con agua hirviendo por tres minutos para inactivar el 90% de inhibidor [3, 5, 38]. no hay evidencia de que los inhibidores de proteasa tengan algún efecto adverso al crecimiento y la salud humana. de hecho, un número creciente de datos sugiere que estos compuestos pueden mejorar la salud humana a través de sus efectos preventivos del cáncer [39, 40, 41].

Taninos

Son compuestos polifenólicos de un amplio peso mo- lecular que habitualmente se dividen en hidrolizables y condensados. estos son capaces de unirse a enzimas, proteínas, polisacáridos, ácidos nucleicos, esteroides, saponinas, y formar complejos con el hierro del alimen- to, dificultando la digestión de los nutrientes [17, 36, 42]. aunque hay diferencias químicas entre ellos, todos son compuestos fenólicos y pueden precipitar la pro- teína. la capacidad de ligar proteínas por los taninos, se ha considerado como un elemento impor tante para predecir sus efectos en sistemas biológicos [13, 37].

Ácido fítico

el ácido fítico, mioinositol hexakisfosfato (ip6), y sus sales derivadas constituyen la mayor reserva de fósforo y mioinositol de las semillas de cereales y leguminosas [43]. desde el punto de vista nutricional, el interés del ácido fítico se debe principalmente a su capacidad de formar complejos con minerales esenciales (cu, Zn, Fe, K, Mg y ca)[43, 44, 45], lo que disminuye la absorción intestinal y la biodisponibilidad de estos minerales para el hombre y los animales monogástricos; debido a que estos no están provistos de suficiente actividad de fos- fatasas endógenas (fitasas) que sean capaces de liberar los minerales de la estructura del fitato. además, los fitatos interaccionan con residuos básicos de proteínas formando complejos, como proteína-fitato y proteína- fitatomineral, por lo que se paralizan muchas reacciones enzimáticas a nivel digestivo [1, 46]. sin embargo, se ha demostrado que durante el procesamiento de los alimentos y la digestión, la cantidad final de ácido fitico disminuye significativamente como consecuencia de su hidrólisis enzimática o química [44, 47, 48].

Algunos estudios [1, 7, 46], indican que los fitatos se encuentran tanto en semillas de maní, lupino, arveja, soya como en amaranto (en este ultimo con una pro- porción aproximada de 0,34% a 0,61%). sin embargo en dichos estudios, también se plantea que la interfe- rencia de los fitatos de las semillas con el crecimiento y la utilización de los minerales en la dieta puede ser minimizada suplementando la misma con minerales; cabe destacar que la capacidad de usar fitatos en el hombre puede variar, por ejemplo en la india a pesar de los bajos niveles de calcio en la dieta, los huesos y los dientes calcifican normalmente ya que ha resultado una adaptación que permite un incremento en la secreción de fitasas en el tracto digestivo

Sin embargo, el consumo de fitatos no solamente tie- ne efectos negativos sobre la salud humana; algunos trabajos recientes muestran que las formas menos fos- foriladas favorecen la absorción intestinal de minerales; disminuyen el índice glicémico pues inhiben la acción de las amilasas; quelan radicales 3+ 2+ de Fe y Zn por lo que previenen el cáncer de colon; actúan además como antioxidantes pues inhiben la peroxidasa y previenen la formación de cálculos renales pues se reduce la forma- ción de cristales de hidroxiapatita [3, 14, 17].

El ácido fítico también tiene efectos positivos en la reducción del colesterol sérico y los triglicéridos, la supresión de la oxidación mediada por el hierro y la prevención de algunos tipos de cáncer [44, 49, 50, 51, 52].

Lectinas

Este factor antinutricional per tenece a un grupo variado de proteínas no inmunes; conocido como hemaglutinas, ampliamente distribuidas en la naturaleza encontrán- dose en plantas, animales y organismos inferiores [53]. las lectinas vegetales se presentan en forma de glicoproteínas, su efecto in vitro consiste en combinarse con las glicoproteínas de las membranas de los glóbulos rojos las cuales aglutinan o coagulan (de ahí el nombre de fitohemaglutinas). su acción in vivo radica en su alta especificidad para reconocer carbohidratos [53, 54]; su principal efecto está relacionado con el hecho de que se adhieren a los carbohidratos sobre la superficie del intestino delgado (duodeno y yeyuno) y causan daños en la pared intestinal, afectando los procesos de absorción y transpor te de nutrimentos a través de ella [1, 38, 55, 56].

Como consecuencia a la acción de las lectinas el intestino se vuelve mas permeable, de ahí que las lec- tinas y otros péptidos puedan ser absorbidos y tengan efectos perjudiciales sobre el sistema inmunológico y sobre algunos órganos, la unión de las lectinas y la mucosa intestinal produce un cambio en la actividad de las enzimas digestivas, una hipersecreción de proteína endógena debido a la descamación de células dañadas, un aumento en la producción de mucinas y una pérdida de proteínas del plasma en el lumen intestinal; además, existe la posibilidad que, debido al daño que infligen las lectinas a la mucosa intestinal, algunas bacterias puedan encontrar una ruta de ingreso al sistema circulatorio y de esta forma infecten órganos internos; sin embargo el factor antitrípsico tiene un mayor efecto deteriorativo que las lectinas cuando se evalúan por separado en dietas sobre la ganancia de peso y eficiencia alimenticia, además las lectinas son más susceptibles a la desnatu- ralización por calor y el procesado que los inhibidores de la tripsina [5, 7, 38].

Suplementariamente, diversos estudios [38, 56, 57], indican que las lectinas han demostrado propiedades biológicas entre las que se puede incluir la interacción con sustancias específicas de grupos sanguíneos, mi- togénesis, promoción de adhesión celular, inhibición de crecimiento micótico y un efecto similar al de la insulina en las células grasas actuando como insulinomiméticos; por lo que se pueden considerar como factores bioacti- vos pudiendo por tanto ser utilizadas de forma pura en reacciones biológicas para fines de diagnósticos clínicos e investigaciones de estructura de proteínas y carbohidra- tos en células, pudiendo obtener diversos tratamientos alternativos a enfermedades como lo es el cáncer.

Otros efectos benéficos han sido citados por algunos autores [1, 17, 36, 58], quienes plantean que estos compuestos inhiben el crecimiento tumoral debido a que disminuyen la absorción de nutrientes y por lo tanto un menor crecimiento celular; y que tienen un efecto similar a prebióticos ya que producen un aumento de la materia fermentable en el colon; igualmente, han sido considerados como coadyuvantes de la vacunación oral pues incrementan la producción de anticuerpos.

CONCLUSIONES

a pesar de que los factores antinutricionales, afectan el valor nutricional de algunas semillas; ya sea disminu- yendo la asimilación de nutrientes, o causando efectos fisiológicos no deseables, hasta llegar a ser tóxicos; son de gran impor tancia, pues de alguna manera garantizan la culminación de la fase productiva de las semillas, en la medida que son elaboradas por las plantas, para ser utilizados como sustratos en la biosíntesis de al- gunos nutrientes, o como mecanismos de defensa a situaciones estresantes, o contra el ataque de hongos, bacterias, insectos, nematodos y aves. por otra par te, numerosos estudios revelan que estos compuestos tienen efectos terapéuticos a nivel preventivo o cura- tivo de cier tas enfermedades; pues de acuerdo con su naturaleza pueden actuar como prebióticos, hipoco- lesteromiantes, antitromboticos, anticancerigenicos, antioxidantes, hipoglucemiantes, y diuréticos.

si bien los factores antinutricionales en su estado na- tural tienen efectos adversos sobre el aprovechamiento de nutrientes, o sobre la salud; estudios recientes han demostrado que no resultan perjudiciales en pequeñas cantidades. de otro lado, los factores antinutricionales que son termolábiles, son inactivados o destruidos mediante prácticas como la cocción, el escaldado, el tostado y la extrusión; las cuales a excepción de la extrusión son aplicadas de forma cotidiana en la preparación de alimentos; los factores termoestables pueden eliminarse mediante la combinación de otros métodos sencillos como la germinación, el remojo, la fermentación, la cocción y/o el escaldado; produ- ciendo adicionalmente un aumento en la digestibilidad y mejoramiento de las propiedades organolépticas de las semillas tratadas.

así, el estudio de los factores antinutricionales o com- puestos bioactivos en semillas, constituye un vasto campo para la investigación de estos, bajo diferentes enfoques (agronómico, nutricional y terapéutico).

Ana de Dios elizalde, Yamid p. Porrilla y diana carolina c. Chaparro

Recibido para evaluación: Febrero 6 de 2009.

1 Bióloga-Química, M.sc. ciencias de los alimentos y nutrición. docente universidad del cauca.

2 ingeniero agroindustrial. universidad del cauca

3 ingeniera agroindustrial. universidad del cauca

Correspondencia: grupo de investigación innovaciones agroindustriales con proyección social, Facultad de ciencias agropecuarias, universidad del cauca,

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